Diariamente los clientes están expuestos a una serie de riesgos, como el fallecimiento por un accidente laboral o de circulación, que puede suponer la desprotección de los seres queridos que se encuentran a su cargo.

O la supervivencia del cliente sin los recursos suficientes por una invalidez permanente o temporal, gastos de curación, hospitalización, cirugía, traslados, etc., que inciden directamente en la agravación de su situación económica.